La
fiesta de una resurrección del EURO desde principios de año, subiendo 700 pips
vs. el dólar americano, daría la impresión que por un acto mágico está todo
resuelto, en especial con el acuerdo que ha tomado Grecia, doblegándose a las
condiciones del FMI y en especial del Banco Europeo.
Recordemos
que las deudas soberanas que necesitan ser renovadas durante 2012 ascienden a
740 billones de Euros, y el único comprador de las mismas parecería ser el
Banco Central Europeo, porque en el actual contexto de posibles
"defaults" y comentarios sobre "reducciones" de facto
superiores al 50% de las deudas de las naciones en problemas, los tenedores
privados de bonos no se muestran muy entusiasmados para asumir el riesgo de
invertir en ellos.
El
euro continúa valorizándose con el viento de cola de un supuesto principio de
solución al pago de la deuda soberana griega, pero los espejismos se desvanecen
a medida que uno se va acercando a ellos, y solo faltan unos pocos pasos para
llegar al 20 de marzo.
La parte grave es
que Alemania ha condicionado al BCE a no continuar monetizando bonos de deuda
soberanas europeas, y si bien el BCE podría seguir interviniendo en el mercado
de Bonos para atemperar la crisis, no podría anunciar públicamente que seguirá
adelante con tales monetizaciones sin sufrir las consecuencias de una Alemania
abandonando la Eurozona y dejando al euro a la deriva.
El Ministro alemán
de Asuntos Exteriores, Guido Westerwelle, ha manifestado claramente que los
griegos deberían mostrar su firme decisión de implementar las reformas
requeridas antes de continuar solicitando más fondos, y públicamente declaró
que "los alemanes no esperamos de ningún país en Europa más de lo que nosotros
le estamos pidiendo a nuestros propios ciudadanos. No podemos explicarles a los
contribuyentes en Alemania que ellos tienen que hacer cosas que otros no
quieren hacer, mientras que al mismo tiempo les estamos solicitando sus
dineros."; agregó que Alemania ya había aportado 262 billones de euros a
los fondos de rescate, y que no tenía sentido darle más dinero a Grecia, si no
aseguraba que las reformas que se acordaron serían efectivamente implementadas.
Alemania viene
proponiendo nombrar un comisionado de la Unión Europea con poderes suficientes
para controlar en forma directa el presupuesto griego, es decir, que Grecia
debería ceder temporalmente su soberanía de decidir sobre temas fiscales y
presupuestarios antes de recibir un nuevo rescate financiero. Esta iniciativa
germana, hasta ahora ha sido rechazada por el Comité Ejecutivo del BCE, sosteniendo
que estos aspectos deben continuar bajo absoluto control del Gobierno griego,
el cual debería ser el único responsable frente a sus ciudadanos e
instituciones.
Alemania ahora ya
estaría preparada para abandonar la moneda única si considera conveniente
hacerlo, y la demanda alemana a los griegos es suficientemente clara: "Si
quieren fondos alemanes, necesitarán declinar soberanía fiscal y
presupuestaria".
También habría
adoptado una firme posición frente al Banco Central Europeo de no tolerar
emisiones de Eurobonos ni llevar a cabo una monetización pública y abierta de
deudas soberanas. Parecería que la Unión Europea y Alemania se encuentran al
borde de una "guerrilla" financiera, pero los alemanes nunca han
estado sinceramente interesados en una unión monetaria sino más bien política,
y esta crisis le brinda la oportunidad de abandonar al euro a su suerte y
evitar la posible infección de una economía que no tiene inflación ni problemas
sociales.
Encuestas realizadas
en noviembre de 2011, indicaban que el 78% de los alemanes pensaba que el euro
sobreviviría, actualmente alrededor del 60% de ellos cree que el euro fue una
"mala idea". En otras palabras, si Grecia quiere seguir siendo una
nación independiente y soberana en materia fiscal y presupuestaria, no obtendrá
los fondos necesarios para evitar su cesación de pagos el próximo 20 de marzo.
Si la alternativa es que los griegos quieran recibir capitales germanos,
deberán ceder su soberanía fiscal, terminando por convertirse en un estado
vasallo de Alemania, es decir, en una provincia alemana. Se ha llegado a un
punto en el que Grecia se verá obligada a ceder al ultimátum de Alemania o
deberá declarar un "default" de enormes proporciones.
Considerando este
análisis, es más que posible que una segunda y mayor ola de crisis esté muy
cerca de las costas europeas, y la actual fluctuación alcista del precio del
euro con elevados records de compras, parece muy cercana a llegar a su fin y
revertirse en una firme tendencia devaluatoria profunda para las próximas
semanas.
La cuenta regresiva al
20 de marzo próximo provocará que comiencen ventas masivas de euros y su precio
de paridad con el resto de las divisas se derrumbará indefectiblemente.
Esta situación
representa una posibilidad de obtener muy elevados rendimientos porcentuales en
dólares para quienes quieran asumir el riesgo de vender euros caros hoy, para
recomprarlos mucho más baratos en unos pocos días.
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